Corazones peludos en riesgo: la insuficiencia cardíaca también golpea a tu mejor amigo

Síntomas, razas más vulnerables y cómo detectar a tiempo las enfermedades del corazón en perros


Por Rodrigo Pujol Del Toro

En México, 1 de cada 10 consultas veterinarias está relacionada con enfermedades cardíacas caninas, un dato que pone en alerta a cualquier tutor responsable. La insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), la enfermedad valvular mitral (EVM) y la cardiomiopatía dilatada (CMD) encabezan la lista de padecimientos que, sin una detección temprana, comprometen la calidad y la expectativa de vida de los perritos. De acuerdo con la MVZ Emilia Tobías, Gerente Técnico del segmento mascotas en Boehringer Ingelheim, el problema puede presentarse en todas las edades y tamaños, con mayor incidencia a partir de los 7 años, y se ve impulsado por factores de riesgo como genética, raza, sedentarismo y sobrepeso.

“Es importante prevenir las complicaciones cardíacas con revisiones veterinarias de rutina, control de peso y ejercicio regular, ajustados a la raza, edad y condición de cada mascota”, destaca la MVZ Emilia Tobías.

Cuando el corazón se enferma, el organismo intenta adaptarse para seguir llevando oxígeno a todo el cuerpo; ese esfuerzo crónico provoca cambios que, con el tiempo, pueden evolucionar a ICC. ¿Las señales de alarma? Dificultad para respirar, cansancio, tos frecuente, desmayos, arritmias y soplos cardíacos. La buena noticia: si se detecta a tiempo, el tratamiento médico puede retrasar la progresión, controlar los signos clínicos y mejorar significativamente la vida del peludo. Hoy existen terapias de fácil administración que el médico veterinario puede indicar según el diagnóstico.

En razas pequeñas y senior, la EVM es la más común: las válvulas se engrosan, no sellan bien y se producen fugas dentro del corazón. Entre las más susceptibles: Cavalier King Charles Spaniel, Caniche/Toy Poodle, Cocker Spaniel, Pomerania, Chihuahua, Shih Tzu, Jack Russell, Bichón, Fox Terrier, Teckel y Yorkshire Terrier. En contraste, la CMD se observa con mayor frecuencia en razas grandes y gigantes como Doberman, Boxer, Lobero Irlandés, Gran Danés, Labrador, Golden Retriever, Pastor Alemán y San Bernardo. En ambos casos, la progresión puede ser silenciosa durante años, de ahí la importancia de chequeos anuales —o semestrales si hay factores de riesgo— para pesquisas preventivas.

“Hay ventana de oportunidad si actuamos antes de que los signos sean evidentes. Un diagnóstico temprano, con apoyo de ecocardiografía y estudios de laboratorio, permite instaurar un plan terapéutico que mantenga a la mascota libre de signos y con mejor calidad de vida”, agrega la especialista.

Si tu veterinario detecta soplos o sospecha de cardiopatía, lo habitual es la remisión a cardiología veterinaria para una evaluación profunda: examen físico, Rx/eco, pruebas de laboratorio y estratificación de la enfermedad. Con base en esos hallazgos, el especialista definirá fármacos, dosis y controles (incluyendo pautas de actividad, nutrición y peso saludable) adecuados para tu compañero.

En resumen: vigila la respiración de tu perro, toma en serio la tos y el cansancio, no pospongas su check-up anual y apuesta por un estilo de vida activo. La detección oportuna no sólo suma años: suma años bien vividos.

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