Netflix presenta una versión brutal y muy mexicana del fenómeno coreano con juegos reales, tensión al máximo y nostalgia noventera, del 19 al 22 de junio en la Roma

Por: Rodrigo Pujol Del Toro
Prepárate para enfrentar tus traumas infantiles —pero esta vez con más producción y menos recreo— porque El Juego del Calamar se instala en la Ciudad de México y viene más mexicano que nunca. Del 19 al 22 de junio, lxs fans de la serie surcoreana que le dio la vuelta al mundo podrán vivir en carne propia una experiencia inspirada en los juegos que marcaron la historia de la franquicia… y también en los clásicos de la infancia nacional, reinventados con el sello brutal que distingue a la saga.
Esta experiencia inmersiva será en Durango 275, Colonia Roma, y permitirá a los participantes mayores de edad competir en horarios que van de 10:00 a 21:00 horas, con excepción del domingo 22, cuando la jornada termina a las 19:00. ¿Qué necesitas para entrar? Una identificación oficial, registro confirmado y muchas ganas de sudar la gota gorda. El cupo es limitado, así que si quieres formar parte del “juego final”, corre a registrarte antes de que se agoten los lugares.
La producción promete combinar juegos emblemáticos de la serie —como Luz Verde, Luz Roja— con dinámicas que nos remiten a la primaria mexicana: desde el resorte y la cuerda, hasta retos que sacan chispa como “encostalados”, “quemados” y “la cebollita”, pero con un giro dramático digno de Netflix. No hay spoilers, pero sí advertencias: no habrá guardarropa, así que lleva pocas pertenencias, vístete cómodo y llega puntual. Aquí no hay espacio para los impuntuales ni para los que dudan al cruzar la línea.
Esta activación coincide con el esperado estreno de El Juego del Calamar 3, que llegará a Netflix el 27 de junio, y cuya tercera temporada promete más tensión, nuevas reglas y dilemas éticos tan turbios como adictivos. La experiencia en CDMX no solo funciona como promoción, sino como un llamado a los fans a entrar —literalmente— en el juego. Y aunque aquí nadie será eliminado de forma definitiva, la adrenalina y el suspenso están garantizados.
Si ya soñaste con usar un uniforme verde con tu número en la espalda y demostrar que el más hábil no siempre es el más fuerte, esta es tu oportunidad. Solo recuerda: en El Juego del Calamar, como en la vida, la diferencia entre ganar y perder a veces está en un pestañeo.
Así que ponte los tenis, respira hondo y no mires atrás. Ya tienes luz verde.