En la Roma, Marcello revive la Dolce Vita italiana de los sesenta con un ambiente cinematográfico y una cocina que mezcla tradición e innovación. Su pasta Spettacolo Vodka ya es un clásico imperdible.
Ciudad de México, 2025 – En el corazón de la colonia Roma, Marcello es mucho más que un restaurante: es una cápsula en el tiempo. Abierto en 2022 como homenaje a Marcello Mastroianni y al universo de Fellini, este rincón celebra la sofisticación de los años sesenta italianos entre neones, marquesinas de cine antiguo y el espíritu de La Dolce Vita.
La propuesta del chef Carlos García es clara: respeto absoluto por la tradición italiana con un giro innovador que sorprende en cada visita. Ese espíritu se condensa en un platillo que nació como una propuesta de temporada y terminó convertido en clásico de la casa: la pasta Spettacolo Vodka.
Spettacolo Vodka: el plato que conquistó a todos
Rigatoni al dente bañado en una cremosa salsa pomodoro con un sutil toque de vodka, coronado con guanciale, migas de pan crujiente y Grana Padano. El resultado: un plato que reconforta, seduce y que, como su nombre lo indica, es todo un espectáculo. “La excelencia de la cocina de Marcello está en los detalles y en la capacidad de generar experiencias únicas”, explica el chef.
Este platillo es perfecto para esas tardes de lluvia en las que el cuerpo pide calidez y el alma un respiro. Y como toda gran experiencia italiana, pide un buen vino al lado.
Maridaje recomendado
- Vino blanco: un Pinot Grigio o un Sauvignon Blanc para realzar la acidez y contrastar con la cremosidad.
- Tinto ligero: un Sangiovese joven que acompaña sin opacar al plato.
Un viaje sensorial en la Roma
Más allá del sabor, Marcello es un espacio para disfrutar sin prisas, como dicta el dolce far niente. Aquí los desayunos se alargan, las cenas se convierten en charlas memorables y cada visita es una postal cinematográfica.
La Spettacolo Vodka es mucho más que pasta: es la esencia de Marcello servida en un plato. Un recordatorio de que a veces basta con una tarde de lluvia, un buen vino y un bocado perfecto para enamorarse de la vida otra vez.
Por Rodrigo Pujol Del Toro
