En el Día Mundial del Perro, expertos revelan 3 hábitos cotidianos que parecen inofensivos, pero podrían poner en riesgo tu salud (y la de tu lomito)
Por Rodrigo Pujol Del Toro

No hay amor más puro que el de un perro. Son compañeros, terapeutas, despertadores, y hasta copilotos de vida. Y en México, ese amor es literal: más de 43.8 millones de canes viven en hogares de todo el país, según datos del INEGI. Pero con tanto cariño, también vienen responsabilidades que no siempre asumimos del todo. Este 21 de julio, en el Día Mundial del Perro, expertos de MSD Salud Animal nos recuerdan que hay hábitos comunes que, si no se acompañan de prevención médica, podrían convertirse en un riesgo para toda la familia. Y no, no se trata de prohibirle a Firulais que suba al sillón… se trata de protegerlo (y protegernos) con amor inteligente.
Porque sí: dormir con tu perro, dar largos paseos o incluso abrazarlo después de que fue al parque, son actividades hermosas y 100 % disfrutables… si y solo si tu mascota está vacunada, desparasitada y en revisión constante con su veterinario. “No se trata de dejar de abrazarlos, sino de cuidarlos con medicina preventiva. Vacunas, desparasitación interna y externa y chequeos son el combo ideal para proteger a todos”, explica Alejandro Sánchez, Gerente Técnico de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal.
Por eso, aquí te contamos 3 hábitos cotidianos que parecen inocentes, pero necesitan más atención de la que imaginas:
Dormir con tu perro: más común de lo que pensamos (y más riesgoso si no hay protección antiparasitaria). Las garrapatas y pulgas pueden alojarse en las sábanas, colchones o peluches. Estas no solo pican, también transmiten enfermedades como la ehrlichiosis y la enfermedad de Lyme. El dato clave: una garrapata debe estar adherida al menos 36 horas para contagiarte, así que si usas tratamientos antiparasitarios de protección prolongada, te evitas ese riesgo por completo. Duerme abrazado, sí. Pero con seguridad.
Pasear y no recoger las heces: aunque parece un tema de “buen ciudadano”, es también un tema de salud pública. Las heces expuestas pueden contagiar parásitos intestinales como Toxocara canis o Ancylostoma, que provocan lesiones en la piel o diarreas severas en humanos. Según la Clinical Microbiology Reviews, gran parte de las enfermedades zoonóticas se propagan así. Así que sí: recoger el popó es un acto de amor (y de salud pública).
Olvidar la vacuna contra la rabia: muchos creen que está erradicada, pero más del 96 % de los casos de rabia humana en América Latina se deben a perros domésticos no vacunados, según la OPS. México tiene campañas de vacunación gratuitas cada año, pero no todos saben que hay que reforzar la dosis anualmente. Una sola omisión puede ser fatal. Literal.
Y no todo es advertencia. La buena noticia es que prevenir es más fácil que nunca: ya existen tratamientos innovadores que ofrecen protección antiparasitaria de hasta un año, esquemas de vacunación adaptados a cada región y nuevas soluciones orales para desparasitación interna. El truco está en no improvisar y visitar al veterinario con regularidad.
“Celebrar a nuestros perros también es cuidarlos de forma integral”, dice Sánchez. “Una buena alimentación, paseos, cariño, y sobre todo, prevención médica. Ese es el verdadero acto de amor”.
Así que este Día Mundial del Perro, además de regalarle su premio favorito, su juguete chillón o una buena caminata por el parque, hazle el mejor regalo de todos: salud preventiva. Porque si te va a seguir a todos lados, que sea con vacunas al día, cero garrapatas… y un corazón feliz.