Del caos a la empatía: tips reales para las fiestas y un evento que pondrá al TDAH en el centro del mapa en 2026

Escrito por: Rodrigo Pujol Del Toro
La Navidad suele pintarse como una postal perfecta: luces, familia reunida, abrazos y brindis. Pero para miles de familias que conviven con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), las fiestas pueden sentirse más como una montaña rusa: demasiadas reuniones, mucha gente hablando al mismo tiempo, cambios en las rutinas, ruido, expectativas y miradas que juzgan sin entender.
El TDAH es una condición neurobiológica, no un “berrinche eterno” ni un tema de “falta de límites”. Afecta la atención, la organización, la impulsividad y muchas veces la autorregulación emocional. Y justo en temporada navideña, con la agenda saturada de planes, regalos y eventos, estas características pueden intensificarse. Por eso, más que nunca, es momento de hablar de señales, apoyo y entornos amables.
En vez de exigir que niñas, niños, adolescentes o personas adultas con TDAH “se porten bien”, el reto es otro: entender lo que viven internamente y ajustar las dinámicas para que todos puedan disfrutar.
Señales que se hacen más visibles en Navidad
Durante estas fechas es común que quienes viven con TDAH presenten:
Mayor inquietud o necesidad de movimiento en cenas y reuniones largas.
Dificultad para seguir instrucciones cuando hay muchos estímulos al mismo tiempo.
Olvidos constantes (regalos, encargos, tareas pequeñas).
Respuestas impulsivas, cambios bruscos de humor o explosiones emocionales después de días muy intensos.
Cansancio extremo o sobrecarga sensorial tras pasar horas en lugares ruidosos o muy concurridos.
Lejos de interpretarlo como “falta de educación” o “flojera”, vale la pena verlo como lo que es: un sistema nervioso más sensible, intentando procesar demasiado al mismo tiempo. La pregunta clave no es “¿por qué no puede?”, sino “¿qué necesita para estar mejor?”.
Pequeños ajustes que hacen una gran diferencia
Para las familias que tienen a alguien con TDAH, hay estrategias sencillas que pueden cambiar por completo la experiencia decembrina:
Mantener algunos horarios predecibles, incluso en vacaciones: especialmente sueño y comidas. Un cuerpo agotado es más vulnerable a la desregulación.
Evitar la sobrecarga de actividades en un solo día: es mejor una reunión significativa que tres eventos seguidos con llanto, miedo al juicio y agotamiento para todos.
Explicar con anticipación qué va a pasar, quiénes estarán presentes, dónde será la reunión y qué se espera de cada uno. La anticipación reduce la ansiedad.
Permitir pausas sin castigo: tener un cuarto, sillón o rincón tranquilo donde la persona pueda regularse, leer, dibujar o simplemente respirar.
Ofrecer opciones en lugar de órdenes rígidas: “¿prefieres quedarte a la sobremesa o ayudar a llevar los postres?”, “¿quieres saludar ahora o en un ratito?”. Eso devuelve control y baja la tensión.
Cuidar la alimentación y el sueño: exceso de azúcar, pantallas hasta tarde y desveladas constantes son el combo perfecto para que todo se salga de control.
Y, sobre todo, practicar una actitud constante de paciencia, validación y reconocimiento: celebrar los pequeños logros (esperar su turno, avisar que necesita un descanso, terminar una actividad) construye autoestima y confianza.
Entornos más amables: la diferencia entre disfrutar y sobrevivir la Navidad
Durante posadas, cenas o intercambios, las dinámicas también pueden adaptarse:
Asignar un espacio tranquilo donde la persona pueda retirarse sin ser criticada.
Evitar comentarios del tipo “ya cálmate”, “no exageres”, “siempre haces lo mismo” frente a otras personas.
Permitir cierto movimiento (levantarse, caminar, ayudar en la cocina) sin tomarlo como falta de respeto.
Proponer actividades guiadas: juegos de mesa sencillos, dinámicas cortas, encargos concretos que canalicen energía y atención.
Un entorno comprensivo no solo hace más llevadera la temporada: protege el vínculo familiar, evita culpas innecesarias y manda un mensaje poderoso a las infancias y adolescencias con TDAH: “Aquí cabes, así como eres”.
Expo TDAH: Salud y Aprendizaje, un punto de encuentro global en CDMX
En medio de esta conversación urgente, Ciudad de México se prepara para un evento inédito: la primera Expo TDAH: Salud y Aprendizaje, que se presenta como la primera expo especializada en TDAH a nivel mundial. Se llevará a cabo del 20 al 22 de febrero de 2026 en Expo Reforma, y busca algo muy claro: informar, sensibilizar y acompañar a quienes viven con TDAH y a sus familias desde una perspectiva integral.
En expotdah.com podrás encontrar más información sobre el programa, que incluirá:
Conferencias magistrales con especialistas en salud mental, educación y neurodesarrollo.
Talleres prácticos para madres, padres, docentes y cuidadores.
Paneles multidisciplinarios sobre diagnóstico, acompañamiento escolar, adolescencia, adultez y mundo laboral.
Stands con recursos educativos, herramientas tecnológicas, materiales sensoriales y soluciones familiares pensadas para el día a día.
La expo también será un punto de encuentro para crear comunidad: familias, profesionales, escuelas y organizaciones podrán compartir experiencias, estrategias y redes de apoyo. La visión es clara: pasar del juicio y el mito a la información real, la empatía y la acción concreta.
Quienes deseen seguir las novedades del evento pueden hacerlo en las redes oficiales @ExpoTDAH, donde se estarán compartiendo actualizaciones, contenidos educativos y actividades previas a febrero.
Un cierre de año con más empatía
La temporada navideña puede ser caótica, sí. Pero también puede convertirse en un laboratorio de nuevas formas de acompañar, en una oportunidad para que familias, escuelas y comunidades entiendan mejor qué es el TDAH y cómo impacta la vida cotidiana.
Informarnos, ajustar expectativas, abrir espacio al movimiento, validar emociones y construir rutinas más amables no solo mejora estas fiestas: transforma la manera en que niñas, niños, adolescentes y personas adultas con TDAH se miran a sí mismas durante todo el año.
Este diciembre, en lugar de pedir que “se porten bien”, tal vez el mejor regalo sea aprender a mirar distinto. Y, en febrero, llevar esa conversación un paso más allá en Expo TDAH: Salud y Aprendizaje en la CDMX.
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