Del modelo factory-to-consumer al lujo accesible: así están cambiando la forma de comprar lentes desde Plaza Satélite hasta Las Lomas

Escrito por: Rodrigo Pujol Del Toro
La revolución óptica ya no es un concepto abstracto: tiene monturas de diseño, precios directos de fábrica y dirección en la CDMX. Polette, la marca europea que ha sacudido a la industria con su modelo 100% integrado, continúa su expansión en México e inaugura este octubre de 2025 su segundo showroom en Las Lomas, después del éxito de su primera sede en Plaza Satélite. Lejos de la óptica tradicional, Polette se presenta como un híbrido entre laboratorio, estudio creativo y plataforma digital, donde los lentes son tanto herramienta de visión como statement de estilo.
Nacida en Francia hace más de 14 años, Polette comenzó su historia con showrooms en Ámsterdam, Bélgica, París y Londres, y hoy presume presencia internacional en ciudades como Hong Kong, Los Ángeles, Dubái, Polonia, Argentina y México, uno de los primeros mercados fuera de Europa en adoptar su modelo disruptivo. Su propuesta gira en torno a un concepto claro: factory-to-consumer. Esto significa que la marca controla toda la cadena —investigación, diseño, producción, montaje y envío— y elimina intermediarios para ofrecer gafas de alta calidad con precios directos de fábrica, sin el markup tradicional del sector óptico.
El resultado se ve en cada pieza: los lentes de Polette no se limitan a “corregir la vista”; buscan elevar el look. La marca mezcla elegancia atemporal con una actitud contemporánea, reinterpretando siluetas clásicas y explorando nuevas formas, colores y volúmenes. Sus colecciones —disponibles online y en showrooms— juegan con materiales ligeros y sostenibles, acetatos de nueva generación y detalles que convierten cada montura en un objeto de diseño. A esto se suma la personalización online, donde cada persona puede ajustar tipo de lente, tratamientos, color, acabados y estilo hasta construir un par que refleje su identidad.
En el corazón de esta propuesta está la fábrica de Polette, equipada con tecnología alemana de última generación, donde cada lente CR39 se fabrica con precisión milimétrica. El proceso incluye polimerización, moldeado, pulido y recubrimientos avanzados, con tratamientos para nitidez, resistencia y confort. Después, el ensamblaje combina precisión técnica y artesanía, revisando cada detalle para asegurar que el producto final cumpla con estándares exigentes en calidad, ajuste y durabilidad.

Polette no solo cumple normas: las rebasa. Cada montura y lente se somete a pruebas de resistencia, flexibilidad e impacto, además de controles de protección UV y estándares internacionales como CE y FDA. El objetivo es claro: que el cliente reciba un producto que pueda competir con las grandes marcas de lujo, pero con un precio radicalmente más accesible gracias al modelo integrado.
Sus showrooms funcionan como extensiones físicas del universo Polette: espacios pensados para probar monturas, recibir asesoría y vivir la marca. Inspirado por la energía creativa de figuras como John Lennon y Yoko Ono, el fundador Pierre Wizman imaginó estos puntos como lugares donde convergen comunidad, moda y tecnología. De ese espíritu nacieron los primeros showrooms en Europa y, más tarde, los espacios de París, Shanghái y México.
En el caso de México, la marca se acerca al público local con dos ubicaciones clave: Plaza Satélite, en Naucalpan, y Lomas, en la CDMX, donde se puede explorar la colección completa, recibir guía personalizada y después concretar la compra en línea a través de polette.com/mx. El sistema es simple: se prueba en showroom, se ajusta y se ordena online, con transparencia total en precios y especificaciones.
El proceso de compra está diseñado para ser intuitivo y a la medida. Desde la web, los usuarios pueden filtrar estilos, materiales, formas y colores, e incluso recibir asesoría enviando fotos para obtener recomendaciones de montura. Cada pedido se configura en detalle: tipo de lente, recubrimientos, color, graduación, acabados y preferencias de uso. Con pagos seguros, precios claros y seguimiento en tiempo real, la experiencia digital se siente cercana y confiable, alineada con el lenguaje visual de la marca y la estética de sus showrooms.
El cuidado también se extiende al empaque y envío. Polette utiliza materiales reciclados y biodegradables en su embalaje, reforzando su visión de sostenibilidad y responsabilidad. Cada paquete está pensado para proteger las gafas, pero también para comunicar el ADN de la marca: diseño, orden, detalle y consciencia ecológica. La entrega incluye seguimiento en tiempo real y atención al cliente para resolver cualquier duda o ajuste.
Así, Polette combina innovación, diseño, tecnología y artesanía para transformar la experiencia de la moda óptica. Desde la fábrica hasta el showroom, y del showroom al usuario, cada etapa refleja un compromiso con la calidad, la creatividad y la accesibilidad. En un mercado donde los lentes solían ser vistos solo como un gasto médico, la marca propone otro enfoque: convertirlos en accesorios de estilo, versátiles y coleccionables, que permiten expresarse con confianza sin sacrificar la salud visual.
La llegada de su segundo showroom en Las Lomas confirma algo: México ya forma parte de la nueva era de la óptica, donde una montura puede decir tanto como un outfit completo. Y el futuro —según Polette— se verá mejor, pero también se verá mucho más estilizado.
Para descubrir sus modelos, colecciones y ubicaciones, puedes visitar polette.com/mx o seguirlos en Instagram @polettemexico.
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