El colectivo Dill Yel Nbán, Opuntia Biodiversidad Alimentaria y Fundación Herdez lanzan una lotería y un memorama ilustrados que usan quelites y frutos mesoamericanos para acercar a las infancias al zapoteco serrano de la Sierra Norte de Oaxaca.

Escrito por: Rodrigo Pujol Del Toro
En la Sierra Norte de Oaxaca, una variante del zapoteco lucha por mantenerse viva entre las generaciones más jóvenes. En lugar de hacerlo desde un salón de clases rígido, un grupo de creadoras y guardianes de la lengua decidió apostar por algo mucho más cercano a la infancia: jugar. Así nacen la Lotería y el memorama de quelites y frutos mesoamericanos en zapoteco de Yalálag, materiales educativos que combinan ilustración botánica, memoria colectiva y un idioma que se resiste a desaparecer.
El proyecto es resultado de la colaboración entre el colectivo Dill Yel Nbán, integrado por jóvenes de Yalálag y Betaza; Opuntia Biodiversidad Alimentaria, plataforma creativa fundada por Ana Ezcurra; y Fundación Herdez, organización que ha impulsado el conocimiento de los quelites y de la cocina mexicana tradicional. Juntos crearon un juego de lotería y un memorama que incorporan vocabulario en zapoteco serrano, acompañado de ilustraciones de quelites y frutos que crecen en Villa Hidalgo Yalálag y en otros pueblos de la región.
En cada tabla y cada tarjeta, la lengua se cruza con la tierra: nombres de plantas, sabores, colores y formas que forman parte de la dieta mesoamericana y que hoy, frente al avance de la comida ultraprocesada, se vuelven también un acto de resistencia. “Conocer el trabajo de Opuntia nos motivó a impulsar una propuesta que hablara sobre la riqueza de los alimentos que crecen y se cultivan en nuestro territorio, y que hoy se ven desplazados por nuevas prácticas alimentarias”, comparte el colectivo Dill Yel Nbán.
Desde Fundación Herdez, el entusiasmo es claro. “En Fundación Herdez tenemos un especial cariño por los quelites que nos ha llevado a impartir talleres y cursos relacionados con estas hierbas prehispánicas, por ello, cuando se presentó la oportunidad de participar en la creación de estos juegos didácticos, no lo dudamos por un segundo”, explica Carmen Robles, directora de la institución. “Es una magnífica forma de seguir acercándonos al público infantil, en línea con nuestro objetivo de crear programas y modelos educativos que fortalezcan la formación de individuos y comunidades, principalmente hacia una buena alimentación”.
Por su parte, Ana Ezcurra subraya la dimensión ambiental y cultural del proyecto: “En Opuntia promovemos el conocimiento, la valoración y el consumo de plantas nativas que conforman la base de la dieta mesoamericana, a través de la ilustración botánica. Las especies que seleccionamos tienen un profundo legado histórico y cultural, además de representar opciones ambientalmente sostenibles para la alimentación actual”. En esta colaboración, esa mirada se traslada al terreno del juego, donde lengua, territorio y biodiversidad se encuentran en la mesa de cualquier casa o salón de clase.
La Lotería y memorama de quelites y frutos mesoamericanos en zapoteco de Yalálag incluye 5 tablas de lotería, 27 tarjetas de lotería, una cajita con 27 pares de ilustraciones (54 tarjetas) y un morralito, pensados para que niñas, niños y personas adultas puedan jugar, repetir palabras, asociar imágenes y empezar a naturalizar la presencia del zapoteco en su vida diaria. Más que un simple souvenir, el set funciona como herramienta de revitalización lingüística y como recordatorio de que el idioma vive mientras se usa, se pronuncia y se disfruta.
Los juegos ya se encuentran disponibles en la Ciudad de México, en la sede de Fundación Herdez (Seminario 18, Centro Histórico), en Cencalli, y en librerías como Gallina de Guinea, El Desastre y Tigridia (en el Jardín Botánico de la UNAM). También pueden conseguirse en La Sombra del Sabino y La Estival en Tepoztlán, Morelos, así como en La Jícara en la ciudad de Oaxaca. El precio de venta al público es de 250 pesos, lo que los convierte en un regalo accesible y con impacto real para estas fiestas o para cualquier momento del año.
Detrás del proyecto está la trayectoria de Dill Yel Nbán, colectivo autogestivo creado en 2016 que trabaja en la revitalización lingüística y cultural del zapoteco serrano (“dill wlhall”) a través de materiales didácticos, juegos, libros, videos e ilustraciones, colaborando con artistas, ilustradoras y tejedoras para conectar la lengua con la cultura visual y material. Puedes seguir su trabajo en Instagram @dilyelnban y en Facebook @yelnban.
En un país donde la diversidad lingüística convive con el riesgo de pérdida de muchas lenguas originarias, proyectos como esta lotería y memorama recuerdan que la defensa del idioma también puede empezar con algo tan sencillo, poderoso y afectivo como sentarse a jugar en familia. Porque cada vez que alguien canta una carta en zapoteco, no solo nombra un quelite o un fruto: también mantiene viva una historia, una memoria y una forma de mirar el mundo.
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