Carretera, pan recién hecho, bosque, Valle de Bravo y el auto ideal para regresar con tu árbol como protagonista de la sala
Escrito por: Rodrigo Pujol Del Toro
La temporada decembrina siempre trae antojo de rituales: luces, listas de regalos, posadas… y, para muchos, el clásico de elegir el árbol de Navidad fuera de la ciudad. No se trata solo de decoración: es salir a carretera, respirar aire frío, caminar entre pinos y regresar a casa con la satisfacción de haber elegido el árbol perfecto, recién cortado.
Si quieres convertir esa salida en una escapada redonda, lo ideal es planear la ruta y asegurarte de tener un vehículo cómodo, espacioso y seguro. Rentar un auto con empresas como Enterprise Rent-A-Car te permite elegir el modelo adecuado —desde una pickup hasta una SUV familiar— para transportar el árbol sin estrés y disfrutar todo el trayecto con tranquilidad.
Esta es la ruta perfecta para vivir el plan completo: carretera, bosque, pueblo mágico y regreso a casa con espíritu navideño a tope.
La parada que marca el mood: desayuno en “La Escondida”
El día empieza temprano, pero sin prisa. La primera escala obligada es “La Escondida” (Carr. México–Toluca Col-Km 38.5, Coapanoaya, 52740 Ocoyoacac), un clásico de la carretera México–Toluca. Ahí, entre pan recién hecho, antojitos mexicanos y café caliente, se arma el briefing del día: revisar la ruta, platicar, reír y arrancar con el mood correcto.
Es el punto perfecto para dejar atrás el rush de la ciudad y empezar a sentir que ya vas de salida: la idea es recargar energía y abrazar el plan sin estar mirando el reloj.
Rumbo al bosque: Rancho 3 Encinos y el árbol perfecto
Con el estómago contento y la playlist navideña sonando en el coche, el siguiente destino es el “Rancho 3 Encinos” (Carretera Toluca–Valle de Bravo vía Los Saucos km 12, Los Saucos, 51200 Valle de Bravo, Méx.), una de las zonas autorizadas y mejor organizadas para cortar tu árbol.
Aquí la experiencia se siente como una mezcla entre excursión y escena de película:
Te reciben en el rancho, recorres el área, eliges el tamaño y tipo de árbol que mejor va con tu espacio, y el equipo del lugar se encarga de prepararlo para que puedas transportarlo de forma segura. Es una actividad ideal para familias, parejas o grupos de amigos que quieren hacer algo diferente, al aire libre, y sumar una tradición con cero complicaciones.
Elegir una pickup o SUV familiar de Enterprise Rent-A-Car hace toda la diferencia: el espacio interior, la altura del vehículo y la posibilidad de amarrar bien el árbol evitan el estrés de “¿y ahora cómo lo subimos?” o el clásico de viajar apretado entre ramas y adornos improvisados. Es un plan que muchos terminan repitiendo año con año porque combina lo mejor de dos mundos: naturaleza y comodidad.
Escala en Valle de Bravo: el cierre perfecto del día
Con el árbol ya asegurado, el plan se vuelve todavía más completo. A pocos kilómetros se encuentra Valle de Bravo (Zona Centro, Valle de Bravo, Edo. Méx., CP 51200), un pueblo mágico que mezcla naturaleza, gastronomía y vibra relajada.
Ahí puedes:
Caminar por el malecón y el lago, disfrutar la vista desde algún mirador, recorrer las calles adoquinadas del centro histórico, entrar a cafés, descubrir pequeñas tiendas o darte una vuelta por el mercado de artesanías para llevarte un par de detalles extra para la casa.
Es la escala ideal para bajar las revoluciones después del bosque, comer algo rico y cerrar el día con fotos, compras y un poco de turismo espontáneo.
Regreso a casa: cero dramas, puro espíritu navideño
Al regreso, lo único que quieres es una cosa: llegar sin contratiempos. Aquí es donde se agradece tener un vehículo cómodo, con buen espacio y sensación de seguridad. Con un auto de Enterprise Rent-A-Car, el árbol va bien colocado, los pasajeros viajan a gusto y el regreso se siente tan sencillo como cualquier otro viaje de fin de semana.
La combinación de ruta planeada + vehículo adecuado es lo que convierte una simple compra en una experiencia completa: desayuno en carretera, bosque, corte del árbol, paseo por Valle de Bravo y el placer de volver a la ciudad con el auto lleno de olor a pino y la sensación de haber vivido algo especial.
Con un poco de organización y las paradas correctas, este plan se transforma fácilmente en tradición anual: una escapada que vale la pena repetir cada diciembre, cambiando de playlist, de acompañantes o de árbol, pero manteniendo la misma idea: salir de la ciudad para reconectar, disfrutar el camino y traer la Navidad de regreso en la cajuela.
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