El chef David Hernández Aguilar, con más de 30 años de trayectoria, abre un espacio donde la alta cocina mexicana se encuentra con los recuerdos de tu infancia en cada bocado.
Por: Rodrigo Pujol
Ciudad de México, agosto de 2025.- En el corazón bohemio de la colonia Roma, acaba de nacer un nuevo concepto gastronómico que va mucho más allá de la simple comida. Almamía, un restaurante de cocina de autor, abre sus puertas con la ambiciosa misión de despertar emociones y cocinar recuerdos. Ubicado en una casona restaurada por el reconocido arquitecto Alberto Kalach, este nuevo hotspot es un espacio íntimo y cálido donde el diseño es un preámbulo perfecto para la experiencia sensorial que te espera.
Detrás de esta propuesta sensible y auténtica se encuentra el talento del chef David Hernández Aguilar. Con más de tres décadas de experiencia, David ha forjado su estilo único combinando la técnica y la elegancia de la alta cocina francesa con la profundidad y riqueza de los sabores mexicanos. A lo largo de su carrera, ha representado a nuestro país en 18 concursos internacionales, logrando el lugar más alto para México en el prestigioso Bocuse d’Or. Su respeto por los ingredientes frescos y su visión de cocinar con el alma se sienten en cada plato.
La carta de Almamía es un verdadero homenaje a la memoria. Cada platillo está diseñado para evocar los sabores de la infancia o de la tradición, pero siempre con un toque de innovación que te sorprenderá. Aquí, una simple tostada se convierte en una obra de arte con kampachi fresco, paté de pescado y salsa macha, y un simple chicharrón de cecina se eleva sobre un guacamole con ceniza de hoja de aguacate.
Entre los imperdibles que no puedes dejar de probar se encuentran las mollejas de res asadas sobre estofado de lentejas, una reinterpretación de la cocina de casquería, o el caldo de piedra, una versión propia que rinde tributo a la tradición de San Felipe Usila en Oaxaca. La fusión de raíces mexicanas y europeas también brilla en los ravioles de conejo y morillas con salsa de vino tinto. Y claro, el mole no podía faltar; el chef Hernández lo trabaja con una maestría que se siente en su risotto al queso de cabra con callos St. Jacques y mole negro, un equilibrio perfecto entre mar y tierra.
Almamía es más que un restaurante: es una experiencia que se vuelve un ritual. Un lugar donde cada bocado es un puente entre tu presente y tu memoria, y donde el servicio, el diseño y la historia se unen para crear un momento inolvidable. Si buscas un destino que despierte todos tus sentidos, aquí es.
Dirección: Álvaro Obregón 124, Colonia Roma, CDMX Descubre más de su cocina en su Instagram: @almamia.romamx
